NO TE ESCONDAS Y HABLA DE DIOS
- Andrés Gallardo
- 7 may
- 3 Min. de lectura

Muchas veces pensamos que esos grandes héroes que aparecen en la Biblia nunca tuvieron problemas y que, si los hubieran tenido, no habrían dudado de su fe en Dios. El profeta Elías, recordado como un celoso defensor del culto al verdadero Dios y por haber acompañado a Moisés en la transfiguración del Señor Jesús, es el mismo profeta que en un momento sufrió de lo que actualmente conocemos como depresión.
Entonces, ¿es compatible seguir a Dios y aun así ser infalibles? El caso de Elías es un buen ejemplo para entender lo que Dios quiere de nosotros, incluso en momentos de aparente debilidad y conflicto interno, especialmente cuando el objetivo es llevar las buenas noticias al resto del mundo.
El término "evangelio" o "euangelion" en la actualidad hace referencia a la comunicación de las buenas noticias que representan la venida del reino de Dios a través de su personificación en el Hijo, nuestro Señor Jesucristo (Marcos 1:14-15). Antiguamente, también se aplicaba a las comunicaciones de las noticias de la victoria de un rey, especialmente en el contexto de una conquista militar.
Cuánto más nosotros debemos declarar a todo el mundo lo que hemos recibido por gracia mediante el sacrificio en la cruz de nuestro Señor.
De esta forma, toda la población debía conocer como su rey había realizado una conquista. Cuánto más nosotros debemos declarar a todo el mundo lo que hemos recibido por gracia mediante el sacrificio en la cruz de nuestro Señor.
¿Qué te impide declarar la mejor noticia que puede recibir el mundo? Te presentaré cuatro verdades que te permitirán revisar cómo te relacionas con el evangelio de nuestro Señor:
1) A Dios le importan los que no pueden: Quizá estás cargado y cansado, pero Jesús te hará descansar (Mateo 11:28-30). En el caso de Elías: "...Tuvo miedo y huyó para salvar su vida... Se sentó bajo un solitario árbol de retama y pidió morirse: 'Basta ya, Señor... no soy mejor que mis antepasados que ya murieron'. Pero mientras dormía, un ángel lo despertó, lo alimentó y lo animó a seguir el viaje" (1 Reyes 19:3-6, NTV).
2) Dios anhela amar esta humanidad: “Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino tenga vida eterna” (Juan 3:16, NTV).
3) Cristo, solo Cristo es la solución: “Jesús le contestó: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mi” (Juan 14:6, NTV); “Cada vez él me dijo: “Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad…” (2 Corintios 12:9, NTV).
4) La muerte de Jesús fue el acto más auténtico de amor: “No hay amor más grande que el dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando” (Juan 14: 13).
El Señor quiere que habitemos en su abrigo, moremos bajo su sombra y escuchemos su voz fuera de la cueva del dolor, decepción, angustia, duda o cualquier factor que nos impida alzar la voz para declarar la verdad que este mundo necesita. NO TE ESCONDAS y, como Elías, sal de tu estado para hacer lo que el Señor te ha encomendado:
"Pues no me avergüenzo de la Buena Noticia acerca de Cristo, porque es poder de Dios en acción para salvar a todos los que creen, a los judíos primero y también a los gentiles. Esa Buena Noticia nos revela cómo Dios nos hace justos ante sus ojos, lo cual se logra del principio al fin por medio de la fe" (Romanos 1:16-17, NTV).
El Señor te bendice todos los días.






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